Conseguir diferenciarte no tiene porqué ser difícil.
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En mi caso, el mejor aprendizaje lo supuso el desarrollar mi propia marca personal junto a la imagen corporativa de mi equipo de MadridNYC. Empezando desde cero, como tantos profesionales y creativos, trabajando día a día en la red para difundir y dar visibilidad contenidos prácticos.
No sólo esto, formarme una experiencia adquirida también me ha dado una perspectiva 360 que me permite ayudar a otros a entender bien qué es y cómo transmitir su propia imagen de marca.
¿Tú lo tienes claro? Sea cual sea tu perspectiva a este respecto, te invito a leer este segundo guest post para el blog de Laura, en el que delimitaremos las diferencias entre una marca personal y corporativa, así como sus ventajas y, como es lógico, sus inconvenientes.
Sin lugar a dudas, la clave radica en el tamaño. ¿Qué quiero decir con esto? Pues tan básico como que la marca personal hace referencia a la esencia profesional de un individuo (a su forma de trabajar, de hacer las cosas y afrontar retos), mientras que la imagen corporativa es simplemente, eso, algo más grande.
“Y es que, cuando una marca personal crece lo suficiente como para implicar a un equipo humano más amplio, termina por convertirse en una cuestión empresarial.”
¿Y que hace falta para pasar a un nivel empresarial? Pues, además de un grupo de personas, recursos económicos y materiales para llegar a para generar una percepción u opinión sostenible en la audiencia.
¿Qué es la Marca Personal?, ¿todos tenemos una?
“La marca personal es, por tanto, la esencia profesional (y algo más que eso) de un individuo. Todo el mundo tiene una, en la medida en que todos tenemos una manera única de hacer las cosas, por peculiar que sea.”
Sin embargo, aunque cada uno de nosotros tengamos nuestra propia marca, no todo el mundo es consciente de ello y, como consecuencia, nunca llegan a explotarla como se merece, prefiriendo otras vías más “cómodas” como el plagio o el querer parecerse a alguien.
Mi recomendación aquí para todo profesional es dedicar un periodo de tiempo al autoanálisis y la escucha. Te sorprendería lo que puedes llegar a aprender de ti mismo y de lo que realmente transmites a los demás.
“A grandes rasgos, la imagen corporativa hace referencia a la percepción que tiene la sociedad sobre cierta empresa o grupo más amplio de individuos.”
Guiar el comportamiento de los mismos, así como diseñar la identidad corporativa en consonancia, es lo que requiere de una mayor inversión en recursos de todo tipo.
Volviendo a la idea de partida, no nos debe caber lugar a dudas sobre que el tamaño y la inversión en recursos es lo que delimita ambos conceptos de branding.
Evidentemente, la cantidad de recursos humanos y materiales destinados a generar una imagen corporativa en Internet, no tiene nada que ver con los que han de implicarse a nivel individual como profesionales en cierto área.
Para que me entiendas con un ejemplo real, yo soy quien gestiona mi propia marca personal, pero la agencia de marketing con la que trabajo de forma asociada para determinados proyectos ha de realizar mayores esfuerzos para coordinar sus acciones bajo una misma filosofía de negocio e identidad corporativa (también conocida como logotipo).
Según mi experiencia en ambos bandos, puedo asegurarte que Internet es una herramienta de posibilidades ilimitadas a la hora de brindar visibilidad de marca al nivel que sea.
De todas ellas, me gustaría hacerte un resumen con los aspectos mas destacables:
Aunque cada esfuerzo acaba dando su fruto, si quieres obtener reconocimiento y prestigio en tu sector, no te bastará con lanzar cualquier acción de marketing o enviar correo masivo para ganar visibilidad.
Cocida a fuego lento, la imagen profesional lo es todo para inspirar confianza en los demás e incitar a la contratación de nuestros servicios.
Por ejemplo, cuando tienes una marca personal bien desarrollada, las personas que están empezando empatizan con tu forma de trabajar y se interesan por saber más sobre ti. Eso sí, en tu mano está saber demostrar lo que transmites y estar a la altura.
Todos vemos y promocionamos las cosas buenas de nuestro trabajo pero, ¿lo hacen también los demás? Desde luego.
En mi caso, apoyada por la imagen corporativa de una empresa y por mi propia marca personal, demostrar que mi manera de hacer y entender las cosas es diferente al resto ha supuesto un claro factor de diferenciación.
Esto es, sin duda, algo muy ventajoso en los tiempos en que vivimos, donde destacar es fundamental.
A través de una fuerte imagen de marca, es posible llegar a nuevos clientes gracias a los clientes actuales y los seguidores más fieles en redes sociales.
Esto se consigue gracias a la construcción de vínculos emocionales con los usuarios (comunicación de tú a tú), y unos contenidos que siempre agregan valor añadido a la relación.
No solo se trata de explicar o vender lo que hacemos, sino de demostrarlo con hechos. En este sentido, lo recomendable es hacer promesas que siempre se puedan cumplir y, para ello, Internet nos ofrece un montón de canales de comunicación.
Contar con una marca personal o corporativa mencionada frecuentemente por los usuarios, ayuda a conocer sus opiniones y llegar a la audiencia con un mensaje cada vez más claro.
En línea con la idea anterior, tener una marca reconocida y mencionada en Internet brinda la oportunidad de comprender las cosas desde la perspectiva del cliente; cómo se siente, cómo nos entiende, qué le parece nuestra forma de trabajar.
Esto abre una magnífica ventana hacia el análisis y detección de errores o, simplemente, cosas que se podrían hacer mejor.
En cualquier caso, las críticas deben ser valoradas como algo constructivo y, ¿por qué no?, ¡motivador!
Como en todo, contar una marca personal o una imagen corporativa fuertemente desarrolladas también supone contar con una herramienta demasiado potente o “un arma de doble filo”.
Para ver cuáles son los posibles inconvenientes de desarrollar nuestros proyectos profesionales y darles visibilidad en Internet, te contaré algunos datos de mi propia experiencia:
Empezar a construir mi marca personal fue difícil, pues todo el trabajo estaba por hacer; los recursos con los que contaba eran muy limitados y el tiempo era un factor a tener en cuenta, ya que cuando no tienes recursos económicos para invertir, lo único que te queda es tu tiempo (y sin saber si tus esfuerzo llegarán a buen puerto).
“Se trata de una apuesta difícil que, muchas veces, no sabemos si va a salir bien. Nadie nos va a regalar nada; hay que formarse y tener muchas ganas de trabajar para demostrar que lo que hacemos vale la pena.”
El trabajo diario conduce a resultados que, por extraño que parezca, no siempre resultan fáciles de manejar.
El crecimiento de un proyecto también requiere conocimientos específicos y, en mi caso, fue necesario aprender rápido para adaptarme a los cambios conforme estos se producían.
“Estar a la vanguardia no es nada fácil en Internet, sobre todo cuando se trabaja mano a mano con expertos o empresas ya establecidas en cierto sector.”
Internet es un mundo en sí mismo, lleno de gente que puede asomarse a nuestro trabajo. A veces, resulta abrumador pensar que cualquier persona en cualquier lugar podría estar mirando lo que hacemos.
“Las oportunidades se presentan sin avisar, por lo que ese grado de exposición mayor requiere estar siempre preparados.”
Una tarea difícil, sí, pero que yo he visto siempre como un desafío interesante, ¿no te parece?
Cuando no sólo se cuenta con una marca personal, sino que se trabaja junto a empresas o marcas ya establecidas, el desarrollo y diseño de la identidad corporativa de las mismas tienen mucha influencia.
“Y es que, aunque aporta cosas muy positivas, coordinar el trabajo en equipo supone una tarea compleja; lograr sacar lo mejor de las personas, crear un ambiente positivo en el que surja la motivación, etc...“
Para crecer, es necesaria el apoyo de otros profesionales, y gestionar más supone tener que multiplicar nuestros esfuerzos y, sobre todo, las ganas que ponemos a hacer un uso sabio de ellos.
Las cosas no siempre van a salirnos como queremos. No sería capaz de contar las veces en las que no me han salido las cosas como esperaba y he tenido que seguir adelante, aprendiendo y mejorando.
“Es esencial construir la marca personal y la identidad corporativa con una actitud decidida pero humilde, que nos permita avanzar y crecer ante los desafíos que se presentarán.”
Como es lógico, el hacer cosas lo mejor posible supone que otros quieran seguir nuestros pasos. Es esencial responder manteniendo nuestro carácter único, reforzando nuestros puntos fuertes y trabajando para mejorar los débiles.
Finalmente, incidir en que mi experiencia con la gestión de mi propia marca personal y la imagen corporativa de otras empresas, refleja algunas sombras pero, sobre todo, luces. Es fantástico poder impulsar un proyecto propio y los de otras empresas y, si tuviese la oportunidad de volver a empezar, ¡sin lugar a dudas habría apostado por ello!
Gestora de contenidos y consultora digital. Destaca por su perfil como Content Marketing Manager de MadridNYC y administradora de diseñocreativo.com
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