Estamos en un mes donde la magia decora todos los escaparates, donde los corazones se enternecen y donde el espíritu Navideño crea esa sensación de bienestar, sólo en aquellos que creen que tener ilusión es posible.
Si te falta ilusión, es que no estás viviendo. Estar vivo es estar dispuesto a apasionarte con cada tarea que realices, poniendo el alma y el corazón en cada momento.
La Navidad, es la oportunidad perfecta para abrir nuestro corazón, para ayudar a quienes más lo necesitan y para posibilitar una transformación en el mundo. Un pequeño granito de arena sumado a otro granito de arena, es cuando se forma una montaña de base sólida que ningún viento la puede derribar.
Muchas personas creen que valen poco, se sienten valles entre tanta montaña. No tienen empuje ni para ayudar a los demás, ni para ayudarse a ellos mismos. Carecen de la fuerza para poder llevar a cabo su ilusión, su pasión en forma de servicios.
Otras, con sus emprendimientos cobran poco o casi nada porque no creen en lo que hacen, ni ellos mismos valoran lo que hacen.
No solo es posible, sino que debes hacerlo. Emprender no es una tarea fácil, es un trabajo de hormiga, es un trabajo diario. Solo con pequeños pasos, gestionando los obstáculos podrás conseguir grandes resultados.
Lo primero es cambiar la convicción de que no puedes hacerlo.
Todo es más fácil cuando quitas el NO y dejas aparte tus creencias limitantes. El otro día un seguidor me decía, “es que Laura no puedo con la tecnología, tengo miedo a usar determinadas herramientas, no sé cómo hacerlo y eso me frena a la hora de lanzar mis cursos online y de poder vender mis servicios” A lo que le contesté tienes dos opciones, o bien te quedas como estás con tus creencias, tus quejas o bien las dejas a un lado y buscas ayuda para saltar ese obstáculo que te impide avanzar.
El verdadero problema reside en que no somos conscientes de nuestro potencial creador, del potencial que cada uno encierra en su interior. Cuando nos damos cuenta del poder creador que llevamos dentro tomamos decisiones sin miedo, arriesgamos, dejamos de mendigar afecto y somos capaces de crear el negocio que deseamos y merecemos.
1) Tienes todo tu potencial dentro, solo tienes que dejar que salga dejando tus creencias y limitaciones apartadas de tus objetivos personales y profesionales. Está en ti creerlo o no.
2) Inspírate en personas que consideras grandes. Algún día de tanto seguirles sus pasos, serás como ellos.
3) Identifica un talento que tengas (aunque sea hacer huevos revueltos) poténcialo y disfruta con él.