El conocimiento radica en las personas. Está constituido en una parte por la educación formal amparada por certificados académicos/técnicos, y por otra, por las competencias, habilidades, experiencias, que le son propios, los saberes adquiridos a lo largo de su vida.
El conocimiento y la experiencia se transmiten o socializan al resto de los integrantes del colectivo "si la persona quiere transmitir su saber, su experiencia", y lo hace, "si está motivado para hacerlo".
De hecho, cuando un trabajador, por cualquier razón se va, se traslada, o sencillamente se jubila se lleva ese conocimiento, esa experiencia, lo que representa una "fuga" y pérdida de valor para la organización.
Las personas constituyen el centro de la relación en la organización, y no son solo las que “hacen” sino las que “saben”.
Es clave entender su valor en términos de innovación, creatividad, compromisos con la misión y visión, con los valores, y con la mirada de futuro en el logro colectivo de los alcances de la empresa, lo que constituye un capital intangible.
Es el poder del conocimiento a nivel individual, de su colaboración, de su implicación y compromiso que se transforma y enriquece en el equipo, en el grupo; y que se integra al conocimiento institucional.
Pocos profesionales tienen claro cuál es el valor diferencial de su Marca Personal.
Este conocimiento no puede quedar relegado con la aparición de las nuevas tecnologías, sino todo lo contrario. Los nuevos sistemas de información deberán ser los encargados de multiplicar la experiencia de aprendizaje a nivel global.
Porque el talento que antes estaba sectorizado, en un lugar aislado, o reconocido solo por personas de su entorno, hoy deberá llegar a todos y ser la base de formación y experiencia que aporte la identidad de marca más creíble frente a los clientes.
La disrupción digital está en las personas, y la mejor inversión que podemos realizar será en gestionar el mejor cambio organizacional detrás de un nuevo modelo creíble y compartido.
Mira el siguiente vídeo donde comparto contigo mi visión sobre que las personas son la verdadera disrupción digital.
Todos deben sentirse parte del cambio, todos deben estar “conectados” y todos deben sentir que forman parte de esta nueva etapa de gestión.
Esta transformación nos permite capitalizar el conocimiento de nuestra gente, generando un modelo de negocio integrador y horizontal, que enriquezca los procesos productivos.
Según Eva Collado Durán, el intraemprendedor es sin duda alguna una figura clave en las Empresas del S.XXI, una figura que cada vez adquiere más peso y relevancia, un perfil muy buscado y deseado por las organizaciones. Pero ¿Cómo son? ¿Qué competencias tienen? ¿Cómo se comportan? Lee aquí todas las respuestas
No bastará con excelentes comunidades on line o la integración de telefonías móviles a los empleados. El modelo no puede ser una adaptación de lo que teníamos antes pero con tecnología de punta, sino una gran oportunidad para repensar todo nuestro sistema de información, de gestión, de conocimiento, etc.
Cómo somos capaces, entre todos los actores involucrados del negocio, de ver lo que realmente es útil o no, a la hora de tomar decisiones, de aportar un valor, de marcar la diferencia, en definitiva, de hacernos la vida más fácil tanto a la empresa y sus integrantes como a sus clientes.
Ir todos en una misma dirección y apoyando sin dudas este nuevo modelo de organización, es quizá uno de los factores claves de este proceso de transformación y disrupción.
No importa quién se adapta más rápido, quién domina más las herramientas, quien está más o menos alejado de las tecnologías Lo importante es el convencimiento colectivo que por el camino emprendido se llevarán adelante el resto de todas las decisiones que se tomen a nivel global. Si dentro del modelo comienzan las fugas de agua por ejemplo por parte de importantes referentes como pueden ser los Directivos, la inundación en cascada puede ser muy dañina para los resultados deseados y el éxito del proceso.
La búsqueda de aquellos trabajadores referentes que durante años nos han representado y han sido nuestra carta de presentación con nuestros clientes es de suma importancia para organizar una base sólida y permanente de nuestro “saber hacer”. Aquí es muy posible que nos encontremos con trabajadores muy expertos en lo suyo pero que su sistema de trabajo está desfasado con lo que el mercado demanda. La integración, formación y adaptación de estos perfiles nos dará una fuerza extraordinaria como equipo, como empresa y por ultimo como marca.
La nueva misión de los Recursos Humanos juega un rol extraordinario en este gran desafío.
Una oportunidad inigualable para aportar directamente unos cuantos granos de arena en el negocio. Cambia nuestra visión en cuanto a la selección, a la formación, a la comunicación interna y al desarrollo.
La alianza con el departamento de IT es por supuesto una necesidad, pero ir de la mano del Departamento de Marketing es casi indispensable.
No se puede trabajar un sistema omnicanal de cara al exterior cuando en nuestro ADN interno seguimos respirando modelos del pasado. La trasformación será creíble si las personas pueden sentirse representadas y participes del cambio.
La relación manager y trabajador debe dar un salto cualitativo. La información estará al alcance de todos, no hay parcelas, no hay dominios territoriales, y tampoco hay excusas.
Hoy puede en alguna oportunidad aportar públicamente más un trabajador en una comunidad que su propio manager, y éste lejos de sentirse relegado, experimentará orgullo por su equipo.
El nuevo rol del manager se centrará en ayudar a vencer los miedos, lograr la participación de todos, garantizar la nueva formación y adaptación de sus equipos a este nuevo proceso.
De esta forma estará dando un claro testimonio que, él es el primer comprometido, que entiende que cada uno tiene algo que decir o que aportar, como alguna experiencia que transmitir en relación a algún producto, alguna incidencia, alguna logística, o experiencia, etc.
Así el talento se potencia, teniendo un alcance que no imaginábamos hasta ahora. Un talento compartido que al entremezclarse provoca más talento. La inteligencia colaborativa a flor de piel donde todos salen ganando.
El nuevo modelo nos invita a grandes e importantes reflexiones, donde quienes tomen las mejores y rápidas decisiones estarán a la vanguardia de un mercado que nos exige y cambia diariamente. La movilidad en el puesto de trabajo, los nuevos perfiles, las nuevas competencias, los nuevos procesos, la nueva demanda de nuestros proveedores y clientes nos hacen estar en un momento único dentro de nuestras carreras profesionales y por qué no personales, viviendo en primera persona una nueva revolución global.
Lograr el “querer” de nuestros equipos, su compromiso, su verdadera pasión con los nuevos desafíos dependerá del “cómo” los hemos hecho partícipes de este cambio. No pretendamos algo distinto a lo que teníamos si no hemos hecho algo diferente para lograrlo.
Transformemos el talento y entendamos que la verdadera disrupción está en nosotros mismos. Levantemos la cabeza y miremos con visión y estrategia, y sobre todo valentía para afrontar los verdaderos cambios, porque esa es la gran misión de un líder referente e inspirador.
Este artículo es una colaboración de Diego Larrea Bucchi, profesional de Recursos Humanos que además de haber realizado la transformación digital de empresas reconocidas del sector bricolaje, es amigo mío personal y estoy encantada de que comparta sus conocimientos contigo. Espero hayas disfrutado su lectura tanto como yo. ¡Gracias!
Post colaboración de Diego Larrea Bucchi
Profesional de RR.HH. y Comunicación. Especialista en Transformación Digital y Cambio Organizacional. Experiencia en Gestión del Talento y Liderazgo Emocional.
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