Nos esforzamos en querer cambiar y pocas veces lo conseguimos. Los “culpables” no somos nosotros, es la loca o el loco de la azotea. Esa vocecita que en ocasiones nos dice frases tan poco reales como “no podrás cambiar de trabajo”, “no conseguirás el puesto que quieres”, “no eres capaz de conseguir tal o cual cosa” ¿te suenan familiares?
Al comenzar los talleres de marca personal y empleabilidad que he dado recientemente me he encontrado con profesionales muy valiosos pero que su cabeza le daba una y mil excusas para no encontrar las razones para salir del panorama desolador en el que según ellos y ellas se encontraban. Digo según ellos, porque al finalizar las horas de formación se dieron cuenta que no todo era todo color de rosa, pero tampoco negro azabache.
A veces tras mencionar la frase “Está en tus manos tomar responsabilidad” todos y todas me miran con desconfianza, algunos con enojo y otros pensando “como si fuera tan fácil”.
Nadie dijo que fuera sencillo, es cuestión de ponerse manos a la obra y empezar por cambiar aquello que nos contamos, nuestros pensamientos y creencias.
En el libro “Tu Futuro es Hoy” Laura Chica y Francisco Alcaide dicen que la empleabilidad, es decir tus posibilidades de encontrar trabajo, está determinada por los siguientes factores:
-Formación: Es más probable que encuentres trabajo en aquello en lo que te hayas formado.
-Experiencia y / conocimientos: Dependiendo al puesto al que optes, se te exigirás más o menos experiencia.
-Tus habilidades y competencias: Todo aquello que sabes hacer, esté certificado o no. Es tu “saber hacer”.
-Tu red de contactos: Las relaciones personales y profesionales te van a permitir acceder a información que puedes necesitar y a otros profesionales que te pueden ayudar.
-Dónde estás y cuándo estás: estar en el lugar adecuado en el momento adecuado.
Estos tips suenan o se leen bonitos, pero para poder concretarlos hay que estar dispuestos o dispuestas a cambiar. Ya lo dijo la gurú del orden Marie Kondo “Las personas no pueden cambiar sus hábitos sin cambiar primero su forma de pensar”.
Si piensas que LinkedIn no te ayudará a conseguir trabajo, estás en lo cierto. No lo conseguirás porque no harás nada por redactar un extracto llamativo, ni por enviar mensajes que despierten curiosidad y ni siquiera consigas esa entrevista que tanto anhelas.
Si piensas que un blog o una web no te ayudarán a potenciar tu marca personal y mejorar tus oportunidades laborales, no harás nada y seguirás en tu zona de confort, quejándote como hasta ahora. Mira el ejemplo de María Lozano, quien venció sus miedos y gracias “vender su forma de trabajar” de forma diferente se hizo con un puesto de trabajo acorde a sus habilidades, capacidades y conocimientos.
En las mentorías me topo con profesionales que quieren desarrollar su marca personal, pero que tienen miedos a la exposición o a ser vistos como verdaderos fraudes. No reconocen sus propios méritos, sus fortaleza y capacidades.
La primera vez que supe del síndrome del impostor fue en un artículo de la Dra. Valerie Young, eran mis comienzos en el mundo digital y me sentí super identificada.
Conforme avanzaba en la lectura me quedé de piedra cuando leí que el 70% de las personas sufren este síndrome.
El concepto Síndrome del Impostor, fue acuñado en 1978 por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes quienes lo definieron como la incapacidad de aceptar los logros y el éxito. Piensas que no mereces estar donde estás, dudas de tus habilidades y capacidades y eres una persona sumamente perfeccionista.
Una clienta me comentaba que dejó su carrera de farmacéutica para dedicarse al coaching. Tras estudiar la carrera de coach sentía inseguridad, miedo al fracaso y al qué dirán aquellos que conocían su pasado profesional. El peor obstáculo estaba en su mente y era ella misma la que se contaba cuentos para no dormir. Se sentía como que no estaba a la altura de sus pares coach.
No soy psicóloga, ni coach, pero llevo 10 años de desarrollo personal. Cuando he necesitado ayuda profesional la he buscado y esto me ha permitido conocer herramientas que me han permitido vencer miedos, saltar vallas y romper creencias.
Te propongo un ejercicio para que detectes qué pensamientos subconscientes te dominan y te frenan a la hora de realizar un cambio. Te doy una pista comienzan por “debería”, “no debería”, “siempre” o “nunca”, haz una lista y hazte consciente. Es interesante ver la cantidad de reglas que nos autoimponemos. ¿De dónde vienen estas reglas? ¿Cómo te sientes cada vez que sigues pensando así? Si pudieras eliminar esa regla ¿Cómo te sentirías?
Quizá este ejercicio te ayude a darte cuenta de que es el momento de tomar acción y pedir ayuda profesional.
O tal vez, te ayude a descubrir que tus rarezas son parte de tu esencia y que a esos pensamientos limitantes podemos darle la vuelta para avanzar.
Mira el siguiente vídeo y descubre las técnicas que la psícologa Patricia Ramírez nos regala para superar el síndrome del impostor
Mis clientes empiezan las formaciones o consultorías con una mentalidad y salen con otra a la hora de usar las redes sociales para hacerse más visibles, accede a testimonios de esta web o a las recomendaciones de mi LinkedIn y míralo con tus propios ojos.
Se animan a usar los social media para atraer mejores oportunidades laborales, aun siendo conscientes del alto porcentaje de paro que hay.
Volviendo al síndrome del impostor, pocos son quienes se atreven a demostrar qué hacen, cómo lo hacen y cual es su propósito y propuesta de valor.
Tan solo el 22% de la población conectada busca empleo online, según datos expresados en este artículo.
Hay profesionales que no saben es que más del 90% de los reclutadores digitales, también llamados “nethunters” utilizan LinkedIn regularmente según datos de la agencia Omnicore. A lo que agrego, no solo de LinkedIn se nutren estos profesionales, sino de todo lo que subes a tus redes sociales, lo que dices en internet y lo que escribes en tu blog.
El trabajo que realizan de búsqueda de profesionales para cubrir puestos de trabajo es el mismo, pero han cambiado los canales y las herramientas para contactar con el candidato o candidata adecuada.
Doy fe que muchos de las ofertas laborales me han llegado tras desarrollar mi marca personal a través de LinkedIn y por lo que escribo en esta bitácora, pero también por el networking que realizo en mis otros perfiles sociales.
Rocío Cantero, recruiter de Everis menciona que “un CV dice más de ti que lo que crees. Si hablas 4 idiomas y tienes experiencia en diferentes países, entiendo que eres una persona flexible y abierta”
Por ello, además de tener un CV lo más visual posible donde se muestren tus logros con porcentajes, donde se cuantifique aquello que has conseguido, es importante que sobre todo tu perfil de LinkedIn esté completo al 100% con las palabras que atraigan al reclutador o a la empresa que está buscando un profesional de tus características.
En el artículo de Selectiva RRHH descubre 10 claves y un caso real para encontrar trabajo sin tener experiencia.
Incluso si no estás en búsqueda activa de oportunidades laborales, es imprescindible causar una primera buena impresión para conseguir los objetivos profesionales que te hayas planteado. Quizá quieras conseguir un contacto que trabaje en una empresa de inversión para que apueste a tu proyecto, tal vez quieras incrementar tu cartera de clientes, buscar proveedores de servicios, consolidarte como experto o experta en un tema que dominas, para ello deberás desarrollar una buena marca personal en LinkedIn y en otras redes sociales que elijas tener presencia.
¿Necesitas ayuda para mejorar tu empleabilidad con tu marca personal? ¿Quieres potenciar tu visbilidad online? contáctame aquí